miércoles, 3 de octubre de 2007

5. INTERVENCIONISMO NORTEAMERICANO (DOSSIER DDHH COLOMBIA)

Hoy por hoy Colombia es el país de América que más ayuda militar norteamericana recibe (3.600 millones de $ entre el año 2000 y el 2005), convirtiéndose en consecuencia en un actor clave para entender el conflicto colombiano. De hecho Colombia es el país del mundo con mayor cantidad de militares y policías entrenados por personal norteamericano[i].

El intervencionismo de EE.UU. es un obstáculo para la Paz y el respeto a los derechos humanos que junto a las clases más reaccionarias, no tolera una apertura democrática y social a través de la negociación del conflicto.

El término narco-guerrilla lo estrena el Embajador de EE.UU. Lewis Tambs, durante el Gobierno de Belisario Betancur para deslegitimar el proceso de paz. Después Tambs se vio envuelto en el escándalo del Iran-gate vinculado al tráfico de narcóticos para financiar la contra nicaragüense[ii]. Sin embargo, las FARC – E.P. en la Mesa de Diálogo con el Gobierno de Pastrana (enero – 1999) acuerdan la realización de un Foro Internacional sobre Medio Ambiente y Cultivos ilícitos con participación de 16 países europeos, Japón, Brasil, México, Costa Rica, EE.UU. y Canadá entre otros. La guerrilla en las zonas rurales se encuentra los cultivos ilícitos, medio de vida de muchos campesinos y lo percibe como fenómeno social por falta de una reforma agraria integral que dé alternativas, hecho que querían mostrar a los representantes de gobiernos europeos y otras latitudes.

En 1964 el ya comentado Plan LASO fue diseñado por el Pentágono. En el Ministerio de Guerra primero y de Defensa después, fue instalada una oficina permanente de asesores militares de EE.UU., la llamada “Misión de Asistencia Militar”, que se completó con los programas militares antinarcóticos y la oficina permanente de la DEA en Bogotá. Después los documentos Santa Fe I y II elaborados por expertos de EE.UU. (L. Francis Bouchey, Roger W. Fontaine, David C. Jordan y el Gral. Gordon Summer). Reproducimos un fragmento:

“Solamente EE.UU. puede como socio, proteger a las naciones independientes de América Latina de la conquista comunista…”.

Prescriben la Guerra de Baja Intensidad en Colombia (operaciones psicológicas, desinformación o información errónea, terrorismo, operativos militares – paramilitares,…) un instrumento de contrarrevolución preventiva, la doctrina del “enemigo interno” (quitarle el agua al pez) con planes de exterminio de militantes de izquierda, sindicatos, organizaciones agrarias y populares, porque son la potencial base social de la insurgencia[iii]. El colofón es el Plan Colombia, un instrumento del gobierno de los EE.UU para intervenir en el conflicto social y armado colombiano aunque con visión continental, que bajo la pantalla de lucha contra el narcotráfico en realidad es un verdadero plan contrainsurgente, dirigido primordialmente contra la población civil del país. La idea es neutralizar la resistencia de todo sujeto social que se oponga al proyecto neoliberal de la economía colombiana y en general latinoamericana. En ese sentido el Plan Colombia es el componente militar de la implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Colombia ha enviado 9.679 oficiales a la Escuela de las Américas[iv] (fundada por el Pentágono – 1946 – e instalada en el Canal de Panamá para formar militares en el anticomunismo). Michael López publica en la Revista de Derechos Humanos de Justicia y Paz (vol. 1, nº 3, julio – diciembre de 1996, pags. 27-43):

“De 136 colombianos señalados como responsables de violaciones en el Informe de School of Américas Watch, 25 se les ha concedido varias menciones como las de ser conferencistas o instructores invitados de la E.A. …nombrados graduados distinguidos… A la larga lista de graduados de la E.A. implicados en desapariciones forzadas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y complicidad con escuadrones de la muerte, se suman otros muchos involucrados en algunas de las más atroces masacres de la historia de los pueblos”.

[i] “Transferencia y ayuda norteamericana hacia América Latina: las prioridades que refleja el presupuesto” de David Álvarez Veloso y Michelle Isenhouer – FLACSO – Observatorio nº 2 – mayo 2005

[ii] ¿Cómo hacer la Paz? 3ª edición – nov. 2000. Cap.5. Pag. 110. Autor: Carlos A. Lozano Guillén (Catedrático Universitario, Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas, Director del Semanario Voz. Email: vozcaloz@unete.com). Editorial Prince.

[iii] ¿Cómo hacer la Paz? 3ª edición – noviembre 2000. Cap.7. Pag.148. Autor: Carlos A. Lozano Guillén (Catedrático Universitario, Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas, Director del Semanario Voz. Email: vozcaloz@unete.com). Editorial Prince.

[iv] ¿Cómo hacer la Paz? 3ª edición – noviembre 2000. Cap.7. Pag.154. Autor: Carlos A. Lozano Guillén (Catedrático Universitario, Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas, Director del Semanario Voz. Email: vozcaloz@unete.com). Editorial Prince.

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